La tarde se decidió y llovió deliciosamente sobre la ciudad. La niña de azucarada y angelical voz otorgó al muchacho la orden de la videofibroscopía en el preciso momento en que las gotas gordas y macizas impactaban en el averno urbano de baldosa, ladrillo, cemento y hierro que liberó de su encierro al delicado ángel calorífero que hizo estallar como crisantemos en otoño los poros de los ciudadanos de los cuales brotó un pegajoso y molesto sudor que como un gusano empachado descendía por la piel salada y brillante.
En síntesis, llovía y hacía calor y el muchacho no escatimó en otear el horizonte grisáceo y alborotado de neumáticos y bocinas para divisar en medio de la cortina de agua ese brillo rojo y rectangular ubicado detrás del parabrisas de un auto negro y con techo gris que indica que dicho auto está libre y que se trata de un taxi. Tuvo suerte por que lo vio detrás de un 130 y corrió hacia él chapoteando entre los charcos y la hojarasca caída y putrefacta. Obligadamente recitó rapidito y sin vueltas el destino del viaje al tachero rogándole que tome Moreno para no dar una vuelta exagerada - el tachero exclamó que "eso mismo iba a hacer" y finalmente exclamó la madre que parió este diálogo:
En síntesis, llovía y hacía calor y el muchacho no escatimó en otear el horizonte grisáceo y alborotado de neumáticos y bocinas para divisar en medio de la cortina de agua ese brillo rojo y rectangular ubicado detrás del parabrisas de un auto negro y con techo gris que indica que dicho auto está libre y que se trata de un taxi. Tuvo suerte por que lo vio detrás de un 130 y corrió hacia él chapoteando entre los charcos y la hojarasca caída y putrefacta. Obligadamente recitó rapidito y sin vueltas el destino del viaje al tachero rogándole que tome Moreno para no dar una vuelta exagerada - el tachero exclamó que "eso mismo iba a hacer" y finalmente exclamó la madre que parió este diálogo:
- ¡Cómo se largó!
- Pst...no te hagás problema pibe
- ¿Cómo? Entre los bocinazos, el motor y la radio, el muchacho no escuchó mucho.
- Que la lluvia no es un problema pibe. ¡El problema son 36 años de suegra!
- No digo que la lluvia sea un problema. Sólo fue una exclamación.
- Las cosas como son pibe. La lluvia no es un problema. Un problema son 36 años de suegra, como es mi caso. ¿Querés que te diga algo? Un comienza a ser suegro o yerno cuando se concreta. Es así.
- Tiene razón Don... el muchacho no se atreve a discutir la tamaña convicción del señor tachero puesto que afuera seguía lloviendo y conseguir otro taxi se tornaría harto difícil.
- Y si, y sabes por qué tengo razón? ¡Por que te digo la verdad! Mirá... mi pibe tiene su novia y yo para ella soy el "padre de mi novio" pero nunca ¡eh! seré su suegro hasta que ellos concreten. Y eso que ya hacen cuatro años y medio que están noviando.
- ¿Usted por concretar quiere decir "casarse"?
- Ni más ni menos joven. Yo no sé si vos tenés suegra o no... pero te digo que es así.
- Si, estoy de novio hace unos...
- Entonces no tenés suegra, ella es la madre de tu novia... Es así.
- Y si, usted tiene razón, no le digo que no.
- Y por eso te lo digo yo...que tengo 36 años de suegra.
- ¿Pero se lleva bien con ella?
- Si, es una divina. Mi mujer es una bruja. ¿Vos sabes cuál es la diferencia entre ser princesa y ser bruja?
- ¿Cuál?
- El casamiento. Antes, mi mujer era una divinura, estaba delgada y no tenía dolores. Pero nos casamos, y empezó a comer y le nacieron dolores por todos lados. ¿Te das cuenta? Esperá a tener mi edad y vas a ver que es como yo te digo. Son ocho con treinta y cinco joven.
- Tome don, gracias y muy amable.
- Chau pibe.
El muchacho se baja del taxi, se moja un poco y entra a su edificio. Horas después mostraría este diálogo en su blog.
Calle (taxi) - Charly García
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