domingo, 21 de mayo de 2023

AMITO PEDRO

 El último de 50 latigazos cayó sobre mi espalda. Así terminó el castigo dispuesto por el gran amo. Me desataron del palo y caí desplomado en el suelo polvoriento del campo de tormentos. Desde allí divisé el patrón y a su derecha, en su silla de ruedas a mi amito Pedro, quien a la sazón era mi verdadero amo. Fui regalado por su padre en ocasión de sus quince años. Pobre niño, atacado de pequeño por una extraña tara que mermó su motricidad y le quitó el habla. Pobre niño, consentido y amparado por sus padres quien halló consuelo de sus limitaciones en una aguda inteligencia y capacidad de detectar en las almas ajenas su punto más débil a la hora de infligir una crueldad sin igual. Detrás de su silla de ruedas se hallaba Cirilo, ese monumental toro trigueño convertido en su guardián y en el brazo ejecutor de sus depravaciones.

El amito Pedro es muy celoso con sus posesiones. Pude ver desde el suelo el brillo rabioso en sus ojos, un agitar nervioso de sus dedos y espumarajos que escapaban de sus dientes retorcidos. Fui levantado del suelo por mis pequeños hijos quienes me dieron de beber un poco de agua. Cirilo se llevó al amito Pedro quien emitía sonidos de animal herido mientras se alejaba con el resto de la comitiva. En el rancho, mis retoños curaron las heridas con paños y emplastos de hierbas. En unos días ya estuve del todo repuesto.

Una noche, en lo más profundo del sueño, el amito Pedro y Cirilo, se apersonaron adentro de mi rancho.  La inmensa mole de Cirilo se agachó en mi lecho y me dijo: “El amito Pedro ha visto que usted sufre más con los castigos del gran amo que con sus castigos. Amito Pedro lamenta que los castigos que piensa para usted no sean de su agrado y me dice que esta noche lo solucionó”.

Los  ojos del amito Pedro brillaban de gozo, una potente erección brotaba de su entrepierna, una risa aullante salía de sus dientes retorcidos y se mezclaba con los gritos de mis hijos y de sabuesos hambrientos allí fuera en la noche oscura.

jueves, 11 de mayo de 2023

LA HIJA DE LA LAGRIMA

 Sus padres se enamoraron en una confusión. A él le gustaba el café sólo y no admitía en su paladar otra infusión. Un día equis la lluvia lo obligó a entrar a las apuradas a un bar ajeno a sus costumbres. Como todos los días de aguaceros, la lluvia llama al café y éste llama a la lluvia. Se sentó donde podía y pidió su café solo sin mirar a la moza. Aquel día no había sido el mejor de su vida y la lluvia no ayudaba en absoluto. Se aisló en su celular hasta que llegó la moza con una lágrima en jarrita. Rojo de cólera se dignó al, fin, a mirar a la moza. Fue amor a primera vista. Así me lo contó la hija de los protagonistas de esta historia.

jueves, 4 de mayo de 2023

UN LINDO REGALO

Nació feo. Sus compañeros le decían: "Cuando te cases, te vamos a hacer un lindo regalo". Feo y todo, un día se casó en el mes del medio aguinaldo.  Esclavos de sus palabras sus compañeros, ese día, tuvieron que hacerle un lindo regalo.

lunes, 1 de mayo de 2023

VIVIR SIN TRABAJAR

 

Creo que la libertad más dulce para un hombre en la tierra consiste en poder vivir, si lo desea, sin tener que trabajar.” Salvador Dalí

 

He visto gente trabajadora a la que obligaron a jubilarse y se murió. He conocido otra gente que trabajaba para tapar sus infortunios no sanados. Supe de gente que amaba su trabajo porque su labor era parte de su felicidad. Otros tantos he visto que trabajaban, ora por amor al dinero, ora por trepar a una palmera buscando el fruto del poder.

Los habitantes de la isla de utopía debían dedicar al trabajo sólo seis horas. Sacadas las ocho horas de descanso, el habitante usaba sus horas restantes para lo que le plazca, un tiempo de ocio que, sin caer en la holgazanería o voluptuosidad podían dedicarlas al cultivo de la contemplación o el aprendizaje variopinto.

Nosotros, nunca habitantes de la isla de utopía, conmemoramos el día del trabajador mediante el ocio. Es feo decir celebrar porque en Chicago, años ha, hubo mártires que parieron este día.

Descreo ese dicho que dice que el trabajo dignifica al hombre. Esa frase tenía algún sentido antes del capitalismo, cuanto en lugar de trabajo existían oficios. Si creo, en cambio que el oficio dignifica al hombre.  El oficio lleva implícita la idea del trabajo, pero no al revés.

Un oficio es trabajo, pero también es arte, ciencia y conocimiento. Tal es el caso del Trenzador de Güiraldes: “Núñez trenzó, como hizo música Bach, pintura Goya, versos el Dante”

En la Biblia el trabajo es un castigo por haber contravenido órdenes divinas de no comer cierto fruto “Ganarás el pan con el sudor de tu frente”. A lo mejor dios morigeró la condena al permitir un oficio, creo, pienso.

En algún momento la conformación de la economía necesitó otra forma de hacer las cosas y dejó de necesitar de los oficios y sus artesanos. Fue necesario separar el trabajo del oficio y desde allí el trabajo pasó a ser sólo trabajo, una actividad sin alma, sin dignidad, pura repetición, pura monotonía a cambio de un salario.

En ese contexto aún subsistía la dignidad de ganar el pan y llevarlo a la mesa, pero a costa de la dignidad humana, salarios paupérrimos, interminables jornadas laborales y ningún derecho extra. Por otra parte, gente que no transpiraba y cada día acumulaba oro flotando en el sudor de los otros.

Desde allí se sabe, revoluciones obreras, nuevos sistemas políticos y alianzas obreras buscando la dignidad y los derechos arrebatados. De allí quedó este día ganado que celebramos con ocio.

Cuando los trabajos vuelvan a ser oficios habremos obtenido la dignidad perdida con el sabor de lo recuperado

Ese día podremos vivir, si lo deseamos, sin trabajar.