miércoles, 8 de septiembre de 2010

CULTURA ROSARINA: SUSANA GAROSA O LA POESÍA BIPOLAR

El futuro, sin ser el "hoy", siempre nos da revancha respecto del pasado. Y esta afirmación se da necesariamente por implacable que haya sido la aplanadora de la historia oficial impuesta por el oficialismo de turno respecto de las"irregularidades" o "anormalidades" de la otra historia, la no contada, la de los derrotados, la de los "nadies" en un decir de Galeano. Por fortuna, para nuestro deleite posterior, siempre quedará en ese liso camino pavimentado, liso y uniforme de esa "historia oficial" alguna fisura, algún desnivel, algo distinto que nos dirá que las cosas no fueron tan como nos la contaron y ese desnivel se llama "revisionismo histórico". La posibilidad de practicarle la cirugía estética al rostro de la historia oficial me llegó nuevamente través de una vieja y enmohecida revista que dormitaba en la oscuridad de la buhardilla de la casa de mi abuela, noble señora dada a acumular en aquel lugar un montón de cosas tales como bolsitas de nylon, botellas de aperitivos diversos de sidra, maples de huevo, alambres oxidados y, por supuesto, un montón de revistas de la época, entre las cuales, se encontraba la revista "Poesía nuestra, poesía mía", más precisamente, su número 3 año XXX número 244 del año 1955 nos trae la figura de una egregia señora dada a la palabra escrita «y a la hablada también» según supieron decirme tiempo después ancianas señoras que decían haber compartido con nuestro personaje largas mañanas en los helados inviernos de la ciudad.-

La revista que hallé vuelve a traernos más luz a las tinieblas que nublan de ignorancia su percepción a nuestros ojos. Esa revista, que hubiera podido ser firme candidata a envolver huevos en la verdulería, a encender el fuego de un asado o a servir de alfombra en los pisos los días de humedad es, quizás uno más de los pocos testimonios fieles que historian atisbadamente la existencia y la obra de quien a continuación nos referiremos. Agradezcamos, entonces que esa revista sea hoy un documento histórico y no un simple y vulgar papel destinado a auxilios domésticos variopintos. Y debemos decirlo así es así por que "Poesía nuestra, poesía mía" era para su época un lobo con piel de cordero puesto que, disfrazada de inocente revista de cultura, era en realidad, un peligroso libelo anarquista que ya lo denotaba hasta en su título primitivo: "Poesía no rima con poseía» que, luego de los hechos sangrientos del golpe militar de 1930 acaecidos en Buenos Aires, sus editores se vieron obligados a cambiar por el más tenue de "Poesía nuestra, poesía mía" y aún así no bastó para que los sucesivos golpes militares ocurridos en argentina, buscasen desesperadamente hacer desaparecer todas las ediciones, si acaso ello no ocurría previamente en una fogata de la mano de decepcionados lectores considerar a la revista "una bosta poco creíble", según me confesó una de esas nobles señoras memoriosas que decían conocerla a ella, si, ella: SUSANA GAROSA, nuestra figura la del día de la fecha con escaso reconocimiento, y, por que no decirlo, nulo también.

Qué hacía una revista de esas en casa de mi abuela, y como es que había sobrevivido a tales purgas ideológicas, es un secreto que mi abuela se llevó a mi tumba, junto con su martillo, su hoz y su vestido rojo carmesí favorito, conforme lo estipuló en su testamento y que nosotros respetamos al pie de la letra puesto que era el requisito indispensable para poder heredarla, conforme nos dijo el escribano. Como sea, nunca creí demasiado en el comunismo de mi abuela. Bueno, creo que es tan difícil creerle el comunismo a quien poseía vastas hectáreas de campo en Pergamino como creerle el budismo a quien se rapa la cabeza y se hace vegetariano pero vive conectado a la computadora leyendo textos orientales mientras analiza las cotizaciones de la bolsa.

Escuetamente nos cuenta la revista que ella era conocida comúnmente como la "Su" Garosa, hija de un prominente empresario cárnico beneficiado con el Pacto Roca Runciman que fundó en el siglo pasado, por allá en 1937, una empresa que él bautizó con el apodo de su hija: La SUGAROSA, que funciona hasta el día de hoy en manos de nepaleses, vietnamitas y malayos. Mas a su historia ya nos hemos referido anterioremente en este blog y hacia allí nos remitimos. Habíamos dicho en aquel entonces que su poema "el chorigol" era la única obra que había escrito, mas hoy, habiendo ahondado más en su vida y su obra a través de la revista "Poesía nuestra, poesía mía" nos hemos encontrado con el "lado oscuro de su luna" lado que complementa y completa aquella línea precursora que formó con la famosa escuela de la "poesía orgásmica" demostrada ¿magistralmente? en el poema "El chorigol" que escribió minutos antes de su muerte. Si, ese "dark side of the moon" de su vida está conformado por una oculta y velada bipolaridad que la mantuvo en jaque durante toda su vida, pasando de la euforia olímpica a la depresión posguerra en milésimas de segundos, del amor al odio en un santiamén, del amén al fuck them instantáneamente. Semejante trastorno, como es de esperar, no dejó de influirla en su obra. En ella puede reconocerse un tema excluyente: el sexo explícito y de eso, hasta hoy, no dejamos ninguna duda al respecto. En lo que su bipolaridad se manifiesta es en su técnica compositiva para tratar el tema que tomando referentes podemos mencionar que está a medio en camino entre aquella Alejandra Pizarnik de ayer, de hoy, de siempre y la de hoy, gracias y nunca más, Belén Francese. Su vida es la vida de una "ella" dividida en dos "ellas" hechas una: esa, la que siente lo mismo que las dos que lo dicen de distinta manera.


La una en las elevadas nubes retóricas que difuminan dulcemente los rayos del inspirador Febo evitando de esa manera dulcificar muy demasiado empalagosamente el néctar y la ambrosía que Io, Euterpe y Calíope siembran en los fértiles valles del Olimpo, ellas mismas elaboran artesanalmente para luego derramarlos abundantemente con sus cornucopias sobre la pluma de fuego empapadas de las tintas sangre de macho cabrio galopante en celo con la que Susana, la bifronte, incesantemente desparrama lúbricamente sobre una hoja blanca y virgen que, trazo a trazo, es desgarrada por una irrefrenable pasión digna de titanomaquias eróticas viriles, sublimes, egregias, nobles, buenas sanas, lícitas, prudentes y, a la vez, delicadamente osadas. En en su genio que el tótem y el tabú se explayan con tal refinamiento que pueden tratarse en las bocas qeu lo propalan con total inocencia y castidad, labia de ángel, verbo níveo y alado, adjetivo luminoso y celestial, música de las esferas, gorjeo fraseado y canoro, libidinoso almíbar de letras azucaradas, gramática no apta para diabéticos. Tal era su gracias que no faltó quien haga el gracioso juego de que su poesía orgásmica era «poesía origámica» en alusión coqueta a las formas de papel de origen nipón, es que es así, en esta, una de sus ellas, todos es juego inocente y grácil, salpicón de luciérnagas en la noche, salpicón de astros en la bóveda celestial. Y esta última descripción es su poesía, un fragante universo de amor, una arquitectura delicada, pero no por ello menos fuerte y contundente directa hacia el corazón del lector.

La otra, lejos de las alturas, es el descastado y aborrecible precipicio, la descocada letrina hacia la que se deyectan las podredumbres todas del universo todo que allí se mezclan, se procesan, se asimilan, se cuajan, se emulsionan, se confunden, de avulsionan, se acceden, se aluvionan, se mixan, se contaminan, las unas de otras. Ella es el receptáculo de todo lo infame, de la canalla, del bacilo sádico nacido en la caja de petri más infecta que enferma lo sano y roe malvadamente la salud ubicada en el anaquel más decrépito y sucio del laboratorio del mismísimo Belcebú. Y no solo acumula toda la baja calaña nacida en los zanjones con agua estancada de los barrios putrefactos de la galaxia ya que, al igual que un sapo fumanchero, al igual que una vaca empastada que busca explotar desesperadamente como una canción de Neruda, ella de despachan a pura regurgitación explícita, lírica y chabacanamente a través de una forma escrita que es un atentado a la escritura, no ya como arte, sino como modo de comunicarse en sí mismo. La obra supurante de este basilisco suena a gárgara de rockero moribundo y empastillado en sus veintisiete años -linda edad para que un rockero muera como un bello cadáver-, a riachuelo empetrolado bordeado de chaperíos encimados y desbordantes de patetismo. Cada una de sus letras es una célula anómala, cada palabra es un pólipo, cada estrofa es una metástasis, toda su obra es un cáncer terminal ramificado, bajo, abyecto, desalmado, promiscuo, demente, incestuoso, escrofuloso, dodecafónico atonal, neoliberal, marxista, judío, ateo, homosexual, musulmán y raeliano, directo como un rayo mortal, sin medias tintas, al grano, al palo y a la bolsa, una guillotina drástica, sexópata, disciplinada, insensible. Esta ella escribe desde ese lugar donde el hondo bajo fondo se subleva para erigirse en un siniestro obelisco, un gordo y venoso símbolo fálico cuya superficie esta inscrita con letras de materia fecal.


Ellas, dos, la una y la otra, son ella, ella sola, Susana Garosa, "Su" Garosa, la chorigolera rosarina. La "poetisa" -le decían- en un ingenioso juego de palabras que aludían a su pretendida calidad de escritora y a su metro treinta y cinco de estatura. En definitiva, ambas escriben de lo mismo pero distinto, sobre el deseo, la pasión, la soledad, la carencia , el encomio de la carne, la promiscuidad, el sexo desenfrenado y promiscuo que no se presenta a la ocasión pero que tampoco se le ofrece, muy a pesar de aquellos atributos que la carencia de estatura otorga usualmente a las damas con ese requisito.


Y fue en, señores, «Poesía nuestra, poesía mía» que encontré , aparte de la somerísima biografía de Susana Garosa este poema donde se nota ostensiblemente la bipolaridad a la que referimos y describimos en extensión párrafos arriba. Demás está decir que esta publicación fue hallada en la sección «Correo de lectores y escribas amateurs» en tamaño de letra tipo clasificado y siendo uno más de otros treinta en la misma página. Es por eso que, como dije al principio, éste es un verdadero hallazgo, es como hallar, entre tanta piedra, una pepita de oro. Quiera que el tiempo nos traiga otro poco más de historia de nuestra querida Susana Garosa, y termino esta historia con su poema sin título que, en homaje titularemos «Bipolaridad».-

BIPOLARIDAD

Hombre, te busco en mi sed y en mi hambre
anhelo, señor, un banquete de tus dones
te ofrezco mi virtud dormida en sangre
dale, chongo percherón, bajate los calzones
y hacé de mastil que yo hago de enseña patria
flameándote a los cuatro vientos y a los gritos
gritos de flor saciada en tu agua bendita
como un mar que no se cansa de saciar los riscos
una arena que no cesa al mar contenerle su ansia
y yo de ser tu nena mala que quiere chirlitos
y una buena mamadera que me quite las ganas
de querer tomar mate en bombilla de piel humana
infusión, alabada esmeralda, me exalta, fuego dormido
eres mi color preferido, fuego rubí, caña quemada
mi budín de pan, mi pato a la naranja
juntos hagamos un copetín a pura jarana
vos me das tu salamín, yo te rifo mi empanada
hay un solo numerito en toda la jugada
y es para vos, así que andá cantando ¡Bingo!
Hagamos de nuestro encuentro
un Olimpo inmaculado y puro
es de vos mi apetito fino, femenino
al verte a vos tan potro y tan duro
vení que te dejo blandito
te cabalgo feroz y sin apuro.
Hombre, te busco en mi hambre
son y alelí, puro pétalo y estambre
vení, y dame un happy hour
que a esta hora, mi chichí tiene calambres.


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