viernes, 26 de octubre de 2012

MAPAMUNDI

Hoy hice una tarta abierta. Al sacarla del horno vi en ella lo que suelo ver en su superficie en ese momento: Un hermoso mapamundi de un mundo único, con sus islas de cebolla y sus mares de hebras de queso derretidas, archipiélagos de puerro y volcanes rojizos de morrón, surcado por amarillas nubes de huevo coagulado. Un hermoso mapamundi destinado a extinguirse en porciones en muy poco tiempo, a mordiscos, nuestra cena es el apocalípsis, nuestros dientes los treinta y dos jinetes y nuestra lengua la gran ramera que jugueteará con los restos de ese mundo único, irrepetible y efímero. Y se me dió por pensar ahora que las pizzas son mandalas coloreados con quesos, fiambres y aceitunas, y aquí ya podría hablar de destruir nuestra armonía con el universo, pero no quiero ni pensar ni escribir. Es demasiado.

viernes, 19 de octubre de 2012

SERVICIO METEOROLOGICO NACIONAL




Hay días que adoramos la lluvia y hay días en que la odiamos. Hay días en que buscamos el calor y hay días en que deseamos el frío. Hay días que adoramos en que el viento nos acaricie la cara así como hay días en que deseamos que el aire esté quieto. Hay días nublamos que nos encuentran llenos de sol y hay días de sol que nos encuentran nublados. Estimado amigo: los días son lo que son pero lo que varían más que ellos somos nosotros. A veces lo de adentro coincide con lo de afuera. A veces no. Y los días son los días que son. Y nosotros somos lo que nos toca sentir en los días que son. Nos da bailar bajo la lluvia o entregarnos a su contemplación desde la ventana. Nos da bañarnos en la luz o sumergirnos al amparo de una sombra. Y eso no es parámetro de sentirnos felices o no...

miércoles, 10 de octubre de 2012

EL ESTAÑO COMO MÉTODO DE CONOCIMIENTO


EL ESTAÑO COMO MÉTODO DE CONOCIMIENTO
Para reflexionar un poco entre tanta estadística y numerito que nos dicen desde todos lados

Tener estaño es una expresión sucedánea de otra tal vez más gráfica pero menos presentable, y se refiere al "estaño" de los mostradores. Recuerdo que Lucas Padilla o el "Colorado" Pearson, no estoy seguro cual de los dos, que actuaban en los movimientos iniciales del nacionalismo, dijo una vez que la condición de "pianta-votos", calificación atribuida a Perón, provenía de que los fundadores del movimiento eran "niños bien" de "familias bien" es decir, los juiciosos "hijos de mamá"; que otra cosa hubiera ocurrido si los primeros hubieran sido "niños mal" de "familias bien", esto es "tenido estaño".
Tal vez la deficiencia de nuestros datos científicos obedezca al tipo de nuestra economía y sociedad en transición, fluida en sus etapas cambiantes —como ocurrió en los Estados Unidos, cuyas técnicas son ahora modelo imprescindible, desde el final de la Guerra de Secesión hasta la primera de las guerras mundiales; que sus métodos sólo sean compatibles con la existencia de un capitalismo de concentración muy avanzado, o con el socialismo, que excluyen la presencia del pequeño empresario, del taller patronal que conserva una organización casi artesanal, de la abundancia de pequeños productores que entre nosotros representan el grueso de las actividades. (Si Ud. tiene alguna duda al respecto, averigüe qué dato estadístico proporciona el tallercito donde arregla su automóvil, el hojalatero que le arregla el balde, el colchonero, el marquero de sus cuadros, etc., etc., las múltiples actividades de empresarios que calculan los costos a ojo, no llevan contabilidad, no están inscriptos, no registran su producción, eluden impuestos, etc.).
En cambio el ajuste de los datos es condición de existencia en las grandes organizaciones económicas con sus contabilidades organizadas, su propia estadística, el registro de los costos, es decir, los elementos básicos para una estadística general.
Parecida cosa ocurre con los censos y encuestas, donde se suman factores personales propios del informante y del recolector de datos que además pueden ser típicos de nuestra modalidad, factor del que se prescinde cuando se aplican sistemas que pueden ser hábiles en su lugar de origen.
Así, frecuentemente, el interrogado está prevenido contra el interrogatorio y tiende a desfigurar los hechos; además, muchas veces es descomedido y grosero con el agente de la investigación. Es lo que pasa en las "investigaciones de mercado".
El "Hombre que está solo y espera" no es un tipo fácil. Pregúntele usted a un paisano su juicio sobre algo o alguien y oirá que le contesta: Regular. Pero regular quiere decir bueno; o muy bueno; también malo. Serán su oído y el conocimiento del hombre los que darán la interpretación, según el tono y tal vea algún detalle mímico. Pero esto no es para el "potrillo" que hace la encuesta y menos para la computadora electrónica. ¿Y el "gallego"? —el gallego de Galicia, se entiende—; hágale usted una pregunta cualquiera y verá que le contesta con otra: pruebe, y le juego cualquier cantidad a que acierto
Hace pocos días llevé a un industrial, que creía en la eficacia de las "encuestas", a un café para mostrarle cómo actuaban los agentes de una investigación que había contratado. Los muchachos a quienes se les paga por el número de planillas que llenan estaban reunidos a lo largo de dos mesas y los formularios se alternaban con los pocillos de café. Mi amigo industrial puso los ojos como "dos de oro" cuando oyó que unos a otros se preguntaban. Y a este, ¿qué le ponemos?, y así las iban llenando, cansados de golpear puertas estérilmente, o de que los encuestados les hicieran un interrogatorio a ellos en actitud defensiva, o les contestaran a la "macana". Si todavía tiene alguna duda, lector, recuerde que le responde a esa vocecita femenina que le pregunta por teléfono: ¿Qué programa de televisión está usted viendo? Y por lo que usted le contesta considera la validez del rating que está haciendo la vocecita.
Pero, además de la muy relativa validez de los datos, existe el uso malicioso de la información, para fines políticos y económicos, como la creada por los órganos de publicidad y por las manifestaciones de los grupos económicos agroimportadores interesados en dar una imagen del país que les conviene y que en los últimos años es directamente depresiva.

viernes, 5 de octubre de 2012

El vasito de cerveza está quieto en la mesita de luz. Zumbó un relámpago a lo lejos. Allí abajo, en la calle, las voces de los muchachos yendo a algún lugar retumban entre los edificios.Mundo del viernes, mundo de la noche. Hay una pequeña revolución. Es viernes. Momento de asaltar la ilusión de ser libres. Y el kronista solo piensa en la ropa del ténder. ¿Se mojará? ¿La volará el viento en la madrugada? Otro relámpago zumbó allende los edificios. Es un garrón levantarse en boxer a las tres de la mañana a recoger la ropa para salvarla de la humedad. El kronista termina la cerveza y piensa: "Patético" realmente patético todo esto. Todo lo que tiene para decir - en pedo - es hablar de su miedo primitivo a que la ropa recién lavada no se le vaya a la mierda. Piensa que, gracias a algo, las redes sociales harán que esto pase muy de largo. Hubo cosas mejores en la vida del kronista, y no ha sido esta una de sus mejores. Pero piensa que el tender se puede ir a la mierda, y va a abrir la otra cerveza, mientras, en boxer, ve la noche pasar sobre el reloj despertador.