sábado, 13 de junio de 2015

EL GRAN SUBMARINO RUSO

Por las noches de luna clara los canoeros suelen ver al gran submarino ruso, un rorcual de hierro oxidado que chirría al salir tomar aire a la superficie. Aunque ya no tienen balas apuntan sus cañones hacia cualquier cosa que les pueda representar algún peligro. Según parece, - dicen - llegaron por acá persiguiendo al enemigo alemán, pero por esas cosas de la guerra, se perdieron en el Paraná y no quisieron volver, estepa siberiana albera horrores peores que deambular en un submarino por el padre río. Sus tripulantes son casi centenarios y se las ingeniaron para armarse un difuso club del truque que va desde Asunción hasta San Fernando, lo que sí, siempre hacen su base en Rosario, aunque sólo salen de noche, cuando la luna clara y llena lame la piel de hierro y las largas barbas de los marineros, por que eso si, no han podido han conseguido combustible, comida, alcohol, putas y submapartes, pero ni una puta hojita de afeitar, ni para rasurarse ni para suicidarse sin motivo, si total eran felices y el pacú les gustaba. Cosas lindas de la patria que no habla el cirílico, pero se hace entender como el dulce de leche que tanto les gustaba en forma de conitos bañados en chocolate alpino. Prefectura los omite en los registros de sus rondas de noche, los habitantes del Charigüé omiten crónicas y evidencias, solo hablan esos pocos canoeros, quizás en venganza por que las paletas rompieron algún espinel o el periscopio los asustó alguna noche sin luna. Así que si usted, algún dia, alguna noche de luna clara, usted merodea por los barrancos y ve un cigarro sumergido en un lecho de plata, salude a ese viejo submarino ruso que engalana estas aguas con marcial espectro.

0 comentarios: