sábado, 30 de enero de 2010

EL NOMBRE DE DIOS

Después de las diez de la noche de aquel día, luego del último mate antes que se lave la yerba, Suarito logró lo que le llevó, más o menos, toda una vida: Descubrir el verdadero nombre de Dios a través de todos los nombres del Diablo. Congratulado con sí mismo, escribió en un cuadernito espiralado el nombre del Todopoderoso. Quedaron desparramados en un par de hojas amarillentas las letras sobrantes de los nombres del Maligno. Suarito no pudo evitar no hacer algo con los restos de tanta investigación y exégesis. Aplicando durante un par de insomnes días las mismas técnicas logró una frase estremecedora: “Mañana sale el ciento cuarenta y uno a la cabeza en la Nacional”. A la mañana siguiente, sin un cobre en mano, apostó lo único que tenía de valor: el cuadernito espiralado. Alegó para que se lo tomasen, que ese libro contenía toda una vida: la suya. El quinielero era un judío que, ni lerdo ni perezoso, tomó el cuadernito y le dio el cupón por el máximo de la apuesta al ciento cuarenta y uno. Aquella noche salió a la cabeza el seiscientos sesenta y seis. El ciento cuarenta y uno salió, si, pero en la nacional de Chile.

El quinielero, para recuperar el dinero de la malograda apuesta de Suarito, vendió el cuadernito a un cliente que se encontraba presente en el momento en que Suarito realizaba la apuesta, abonando por él el valor de esa apuesta y un poco más. Enterado de ello , Suarito fue al registro de la propiedad intelectual con el fin de anotar su descubrimiento, pero ya era tarde. El nombre de Dios tenía copyright, ISBN y estaba hecho el depósito que marca la ley. Fue un best seller en el mundo entero. Suarito, por supuesto, jamás vio un mango de todo eso.

viernes, 29 de enero de 2010

DICCIONARIO

CALORTO

Etimología:

De calor Sensación que se experimenta ante una elevación de temperatura. Y del lunfardo orto: Ano, culo, esfínter, recto.

Alude a una elevada sensación de calor en el ambiente que nos hace sentir ubicados en el centro de un orto o como si nos hubieran metido un termómetro rectal en el nuestro. Una situación de calorto se caracteriza por falta de aire, alta sudoración, mal humor y desahucio.

El término, poco frecuente dado que se inventó en el momento en que se escriben estas líneas, vendría a reemplazar a la frase " Hace un calor del orto" por "Hace calorto".

miércoles, 27 de enero de 2010

DICCIONARIO

TURRISTA

Etimología:

De la palabra lunfarda turro: Persona sucia, dejada en su higiene. Sujeto de mal proceder. Y de turista: Persona que practica el turismo

El término se aplica a la persona que, siendo turista, lo hace de modo tal que se comporta como un verdadero turro en el lugar donde practica el turismo. Ya sea ensuciando innecesariamente los ambientes, andando sin bañarse ni depilarse y reclamando que todo el mundo esté irremediablemente solícito y presto a satisfacer todos los caprichos que tenga mientras el turrista sea un turista porque, como puede veranear quince días en todo el año, se siente con todo el derecho del mundo de sentirse una deidad. Si alguna persona osase no satisfacerlo del modo mencionado, el turrista cree que por derecho divino tiene el derecho de insultar, vejar, escupir o mutilar a ese muñequito de moco que intentó recordarle que, salvo esos dias de veraneo, es uno del montón durante el resto del año.

Cuando el turrista regresa de practicar turismo vuelve a su condición de turro, la cual le es innata y perenne.

domingo, 24 de enero de 2010

TOY ENOJAU

Estimado señor Ignoto:

Intento a estas horas tapar mi estupor y mi indignación escuchando un carnavalito cantado por cuatro de los ochenta mil Carabajales que viven en Santiago del Estero, pero no puedo, como tampoco puedo y, creo, no podré, conciliar el sueño esta noche y segurísimamente, las noches venideras. Ahora está sonando "El puente carretero", señor Ignoto, mas yo poseo en mi sangre melodías de vidala, mi corazón es una caja chayera dolorida. Usted se hará el boludo y me preguntará: ¿Pero qué te pasa piscuí? Yo le pido que no me pregunte aquello de lo que usted sabe y de lo cual es parte fundamental y siniestra, la punta de un iceberg que oculta una helada y colosal masa de ilicitud nefasta.

Lo que más me duele de todo esto ¿Sabe qué es? Se lo diré, porque esta vez no puedo quedar callado, quisiera al menos estar embargado con la alegría del carnaval riojano que se muestra colorido y feliz en el escenario Atahualpa Yupanqui, pero como le dije, mi alma es soplo de erque en el Altiplano en este momento. Haber descubierto que usted es el Don Corleone de la poco mencionada "mafia de los discos rígidos" me ha dejado como un trapo rejilla tirado y pisoteado en el suelo. !Y yo que feliz disfrutaba de su música que muy gentil ofrecía en su blog y que yo bajaba si saber que al descompactar el archivo cedía a perpetuidad la propiedad de mi disco rígido junto con su íntegro contenido a través de una artera y oscura maniobra informática! Así, de buenas a primeras, usted está constantemente apropiándose de infinitos discos rígidos para así aumentar su colección de discos. Así, usted, en alianza con EMI, Poligram, Cielito Record, Deutsche Gramophon, Melopea, Uzi Suicide, que hacen "zona liberada" gratificandolo con la impunidad a cambio de que no ande ofreciendo la producción que realmente se vende (Britney Spears, David Bisbal, Viejas Locas, Yerba Brava, Laura Pausini, y toda la góndola de cantantes de reguetón) lo deja ofrecer sus joyitas musicales, que lo son, eso no lo pongo en duda. Lo terrible es lo otro, Ignoto, que usted se esté, día a día, apropiándose mega, giga y terabytes que no le pertenecen con el sólo propósito se acumular océanos de música para su propio beneficio. Si, su propio beneficio. No nos confundamos, lo que usted nos ofrece no es ni el uno por ciento de lo que posee en su acervo musical, acervo que usted, estoy seguro, usa para matizar veladas románticas a indefensas damas a través de, por ejemplo, un saxo soprano dulcemente ejecutado por, digamos, Branford Marsalis. También necesita toda esa música para amenizar sacrílegos sabbath regados con vinos, salamines y quesos duros entre grupúsculos de entendidos que invitan al diablo a través del ritual del "eructo", consistente en imitar los solos de trompeta de Miles Davis, pero sin trompeta, sin más que las regurgitaciones que, pestilentes, surgen de sus pantanosas barrigas. De allí que deban escuchar MUCHA MÚSICA para estar afinados a fin de que, algún día, su diabólico ritual rinda resultado y así se les aparezca el señor de las tinieblas. Porque reconózcalo Ignoto. Usted necesita de nuestros discos rígidos para tener mucha música, y necesita tener mucha música para arreglar pactos con las fuerzas siniestras del más allá, porque... dígalo de una buena vez Ignoto, usted quiere dominar el mundo. A partir de ahora no puedo creer en el epígrafe de su blog: "nunca perseguí la gloria, ni dejar en la memoria de los hombres mi canción". Usted quiere para usted solito la gloria, dejarnos la memoria, sacarnos los discos rígidos y la chancha y los veinte. Y encima tiene el tupé de decirnos "Toy enojau". Si, yo también estoy enojado, por eso lo acuso, lo denuncio públicamente como el capomafia más letal e inescrupuloso de estas pampas que buscar instaurar la revolución social a través de la libertina musicalidad del jazz, porque usted lo sabe muy bien, el jazz es la música de la libertad, usted busca vendernos una libertad empaquetada en bultos de discos en mp3 para instaurar una idea de libertad que como un speed con vodka, lo ayudará a potenciarse a ubicarse en un trono desde la cual instaurará un reinado eterno. Ese día, usted dejará de ser ignoto como dejará de ser tranvsersal, o no, porque nos va a ensartar a todos como churrasco de croto. Posta.

Ahora estoy loco y cabreado como un malambo norteño que estoy escuchando en la televisión pública. Desde ya le aviso que si quiere que mi disco rígido sea suyo venga y lo busque si es guapo, pero le voy anticipando que le daré más batalla que Martín Redrado, si es que usted tiene bigotes como los de Aníbal Fernández. Aleas jacta est.


martes, 19 de enero de 2010

KRONIKONETTE - DOS PERSONAS, DOS MODELOS

Henry Ford

y
Ricardo Fort
Semejanzas

- La enormísima cantidad de guita.
- Sus apellidos son una marca registrada

Diferencias

HENRY FORD

RICARDO FORT

Su apellido termina con “D” de dedo

Su apellido termina con “T” de tragaldabas.

Fue el creador de las grandes cadenas de producción modernas utilizadas para la fabricación en masa

Es creador de ostentosas cadenas y llaveros que cuelgan en su producida masa corporal

Tuvo un hijo que murió de cáncer.

El padre de Ricardo murió porque este último era un cáncer para él.

Su obra más emblemática fue el Ford T

Alega haber escrito una obra teatral llamada “Fortuna” que todavía no se estrenó.

Las playas de estacionamiento siempre tienen autos de su marca.

Tiene una playa en Mar del Plata con su propia marca y allí estaciona.

A sus empleados les ofrecía un salario de cinco dólares por día.-

A sus empleados todos los días les da un bife.

El Ford Fiesta fue un modelo con mucho éxito.

Sus fiestas son excitantes para muchos.

No le gustaban los chocolates y competía con Rolls Royce.

No le gustan los autos Ford y muere por los Rolls Royce.

Enloqueció de dolor cuando murió su madre.

Su madre está totalmente loca… y viva.


domingo, 17 de enero de 2010

POST QUIRÚRGICO (II)

De tener que elegir un personaje con el cual identificarme en este momento debiera decir que elijo a Pelotín y a ninguno más. El dibujo publicado en el primer post quirúrgico hace alusión a un Bob esponja. La elección se debió a las cosas del momento, el embotamiento propio de la anestesia, la incomodidad de estar por primera vez en tu vida internado en un sanatorio para que te practiquen la primera cirugía de tu vida, la ininterrumpida invasión de sueros, la dieta líquida y un compañero de habitación que en un momento se desgració y no se dio cuenta. No, no pude pensar “de cabeza” en la imagen del viejo y querido pelotín que es la que verdaderamente se adecúa mis actuales facciones antes que la del cuadrado Bob esponja asediado por un dentista, por suerte, más profesional y menos psicótico que el doctor Alan Feinstone, protagonista principal de cierta película que vi a sabiendas de lo que, más tarde o más temprano, me estaba esperando.

Y acá estoy, como dije, con la cara igual a Pelotín, con el maxilar superior cortado y las encías, también superiores, suturadas. Tuve que someterme a esta operación para poder colocarme una ortodoncia, el problemita era que el maxilar de arriba se estaba metiendo “para adentro” de la cavidad bucal originando lo que se llama “mordida cruzada bilateral a nivel posterior”. Esto se soluciona a través de un aparatito muy similar a una arañita llamado “disyuntor”. Hasta los 14 años el paladar humano está dividido en dos partes por una sutura que, luego de esa edad, va desapareciendo hasta soldarse del todo. Cuando es así, aparte de tener que usar ese aparatito, es necesaria una intervención quirúrgica para poder expandir el paladar y así acomodar esos dientes. Y este último fue mi caso. Nunca fui muy consciente en lo que a cuidado de dientes respecta y ahora tengo que andar pagando las consecuencias, las físicas y las económicas. En total todo mi tratamiento dental se dividió en el tratamiento ortodóncico en sí mismo, la intervención quirúrgica para poder seguir el tratamiento ortodóncico y, aparte, en el maxilar inferior, dos incrustaciones, un tratamiento de conducto, un perno y una corona. Cada cosa como dije, con sus propios dolores que se alivian al pensar que, de no hacerse con el pasar del tiempo, uno estaría condenado a ganarse el quini seis para costearse implantes dentales o bien concebir dieta blanda de sémola, vitina y polenta por el resto de mi vida….y como no soy muy afecto a privarme de asados de cuero, matambres rebeldes o pizzas crocantes, es que tomé la decisión de mandarme de lleno a encarar esta odisea dentaria que llegó a su punto culmine el quince de enero pasado con la operación.

No hay caso, siento atracción por las cosas nuevas. Esta sería mi primera operación, mi primera internación en un sanatorio. Mi primera aventura en este sentido. Debería disculparme por tener que sentir así a una cosa que en sí misma no es grata ni divertida. Lo dice quien tiene un manifiesto rechazo sobre todo a hospitales y cementerios, cosa inconscientemente revelada a través de la terapia cuando mi psicóloga me hizo notar que esos dos lugares son preponderantes indicadores de las limitaciones humanas, cuestión que llevó a un quiebre epistemológico en mi ser acerca de mi autoconcepción demiúrgica todopoderosa respecto del mundo y la sociedad que contiene al mundo, pero esto fue hace un par de años atrás, en parte superada y que no es motivo de este escrito. La cosa es que me preguntaba “¿Cómo será tener una operación?” Y lo supe. Y juro no querer, en lo posible, saber de algo por el estilo por el resto de mis días en tanto y en cuanto me sea posible. Apenas pude soportar un día, ni quiero saber lo que sería estar quince días en un sanatorio, por más split y tv por cable que haya.

El 15 de este mes me presenté a las seis y media de la mañana, en ayunas total, apenas un vaso de agua y nada más, tomamos un taxi con mi mamá y partimos al sanatorio, formularios de rigor y a la habitación asignada, la 118, viene el enfermero, coloca la vacuna antitetánica y me da el atuendo para la operación, batita azul, cofia y escarpines y una pulserita con mi apellido y el del médico cirujano “Para que no te operen de la rodilla” – me dijo el enfermero. La operación tenía hora a las ocho y media de la mañana, cerca del momento me quedé con esa ropita de quirófano, con el culo al aire aunque tapado en sábanas de cama hasta que vino el camillero a llevarme. Tuve la sensación que uno ve en las películas de ir viendo los tubos fluorescentes del techo del pasillo mientras te dirigen hacia el quirófano. Una vez allí, en ese ambiente antiséptico, silencioso y frío me encontré con mi cirujano amigo encofiado preparando el material a usar en mi cuerpo. Previo a la anestesia me colocaron las ventosas para controlar el ritmo cardíaco y una sonda para pasarme el suero. El anestesista me dijo “Ahora vas a sentir sueño”. Un líquido lechoso comenzó a fluir en mis venas, me colocaron la mascarilla y cuando desperté, entre chuchos de frío escuché “Ya está”. Así de simple, la operación ya había pasado y yo escupiendo moco con sangre mientras temblaba como una hoja sola en una rama de un árbol en otoño. Otra vez el recorrido inverso del quirófano a la habitación, despacito, me pude acomodar en la cama y así quedé postrado un buen rato embotado por la anestesia y con la nariz llena de coágulos secos. La sensación horrible fue sentir que el aire en la boca pasaba a la nariz sin ningún problema. Claro, habían levantado todo el tabique para practicar la incisión en el paladar que permitiera su expansión. De allí en más todo fue un ir y venir de sueros, constantes idas y venidas al baño llevando los sueros acomodados en el brazo izquierdo como si fueran niños recién nacidos. A medida que pasaban las horas los efectos de la anestesia disminuían y me fui sintiendo un poco mejor, lo que me permitió mirar un poco de televisión y distraerme leyendo un rato, un poco de conexión a internet vía celular y así se pasó el día. Adentro de esa sala, lo más loco que ocurrió fue algo que dije al principio de este escrito: Mi compañero de sala también estaba listo para ir al quirófano pero para operarse de un tendón roto. El vino al rato, después de mí, prolijamente enyesado y así quedó. Al mediodía llegó la comida… para mi vecino, obviamente yo estaba proscrito de toda ingesta sólida y líquida hasta la hora de la merienda en que tuve el honor de tomar un mate cocido y nada más. Mientras mi vecino deglutía un puré con merluza yo me distraje mirando la tv. Al rato percibo en la habitación un olor desagradable…. el señor, al no tener control de esfínter producto de la anestesia se había hecho una buena torta fecal encima de la cual se dio cuenta como una hora después de haberla hecho al moverse con el fin de acomodarse un rato. Allí tuve que ver la que quizás es la parte más escatológica y desagradable de la labor de una enfermera: tener que limpiarle el culo a un paciente. Entró la enferma, una petisita morocha con cara de carácter y dijo: “A ver, che, señor, qué te pasó ¿eh? Y procedió a buscar la bacha, a lavar la zona en cuestión, a quitar la sábana blanca con una generosa mancha marrón desparramada en toda la superficie. Luego de esa limpieza que atenuó el olor, el tipo se levantó para ir al baño y echarse un garco que prolongó un buen rato más el olor poco grato. El alivio llegó a las ocho de la noche en que mi compañero fue dado de alta y se fue a su casa. A mí me tocaba recién partir el sábado a la mañana. Debería esperar un rato más. Mi madre en el entretiempo del desgraciamiento de mi compañero de habitación no estuvo puesto que se fue a descansar a mi casa para luego volver a pasar la noche en la cama de al lado que a esa altura ya esta desinfectada y limpita. No pude conciliar el sueño hasta las tres de la mañana, en este ínterin recurrí al mp3 y a la lectura para que me venga el sueño que llegó finalmente. Durante la noche siguió el desfile de moda de sueros y antibióticos. Sábado, nueve y media de la mañana, llega el médico con mi alta, recetario de medicamentos. Luego siguieron los trámites administrativos de rigor. Vino el enfermero para liberarme de la sonda, cambio de atuendo y partida en libertad a mi casa, porque sí, no hay nada mejor que casa y, aunque esté como pelotín, estoy contento de que todo haya pasado al fin, lo que venga de mi tratamiento, no será peor que esto.




sábado, 16 de enero de 2010

POST QUIRÚRGICO (I)

Algo así, como un Bob esponja en el quirófano fue lo mío. :P

domingo, 10 de enero de 2010

TROPICALIA

Escribo esto totalmente borracho y con Horacio Guarany de fondo cantando en el Festival de Jesús María. Así debo empezar a dar señales de vida en este segundo escrito del año 2010, enredrados en este bicentenario de necesidad y urgencia puntero en un Dakar que se corre por un desierto de inconsciencia. O sea, este es el primer escrito posta post del 2010. El poema introductus que precede a este registro data del 2004 y ha de ser la tercera vez que aparece por acá. Me parecio bien ponerlo, es un poema que me gusta, esta bien escrito y dice lo que quiere decir. No necesito otra justificación para decir porqué lo puse para comenzar el año. No me gusta poner cosas de otro tiempo, pero a veces cavilo y me digo: "Mariano, las cosas que escribís de nada vale tenerlas guardadas para que nadie las vea, aunque sea ponelas en tu blog disponibles para algunos ojos de algún ser en algún lugar. Más vale una hoja al viento que una hoja en un solo lugar, más vale palabras al viento que palabras que no han de volar".

Es que el mundo, mis queridos lectores, me cansa, me harta, estoy tan podrido de la realidad que deseo evadirme de ella no contándola. Estoy cansado, cansado de la imitación que limita la inventiva, estoy cansado de los artistas que con su arte busca imitar a la naturaleza. Esos tipos serviles no son más que unos serviles lacayos imitadores de lo que ya existe. Estoy cansado de las reglas y de los que dicen que hay que seguir las reglas para romperlas. Basta, basta de reglas, basta de mesiánicos seres humanos que dictan tiranas normativas. Ellos nada nos tienen que dar, seremos nosotros los que querramos aprender de ellos si así lo deseamos. Para crear, hay que escupir a la realidad, y también violarla si es posible.

Es que anoche vimos a un ganso mutilado por una tortuga en el lago del Parque Nacional de la Agricultura. La noche apretada, nubosa y anaranjada de lámparas de sodio presagiaba cosas insólitas a nuestros ojos. A metros de nuestra ubicación un sauce llorón repleto de chicharras (cigarras, para los esnobs y fabulistas) cantaba su verdor húmedo y gotoso de lluvia temprana. Era una sinfonía de hospital psiquiátrico aquel lugar lleno de barro y de un pasto que, como decirlo apropiadamente, un pasto que estaba a full, recaliente, el pasto masculino con el pene atacado por una especie de rabia lúbrica y los pastos femeninos, "pastas", totalmente mojadas y abiertas de par en par, enloquecidas por fornicar en cualquier momento. Nosotros estábamos ahí, fumando unos cigarros holandeses con sabor esclavo colonialista explotado en una plantación de tabaco antillana manufacturada y comercializada en la Liga Hanseática. Era todo muy terrible, tan pesado estaba el ambiente que debíamos tener cuidado en que el humo de los cigarros no caigan como ladrillos en nuestros pies aplastándolos. El aire estaba oxidado y fungoso, contaminado de bichos cascarudos y catangas, raramente había mosquitos invasores que nos jorobasen las existencias. Una islita en medio del lago albergaba a unos patos y gansos que graznaban pajerosamente bajo las vacilantes formas de las nubes bajas y pringosas que de a ratos tapaban la luz ahogada de las anoréxicas estrellas. En un momento apareció un movil de la policía provincial que se estableció detrás de unos arbustos. Temíamos que confundan el humo con OTRA COSA y que nos esten vigilando por nuestra extraña actividad nocturna: fumar un par de cigarros primermundistas manufacturados con elementos del tercermundo. Entretanto el pato no podía moverse puesto que ya no tenía sus patitas, devoradas por esa tortuga famélica. Fue justo en ese momento en que una jauría de lochas que saltó desde los pastos terminó de devorarse los restos del pato no dejando ni las plumas. Fue allí que percibimos que el ambiente estaba un tanto rarificado por diversas circunstancias dadas en el ecosistema que nos rodeaba. Notamos que el pico del Aconcagua tenía una especies de luces de neón que nos pareció que "no daba". Aprovechamos que el guardia estaba tocando en el piano el tercer concierto de Rachmaninoff y nos fuimos a caminar un rato cuando tuvimos la certeza de que no nos bajaria la presión por habernos fumado esos cigarros. Para ese entonces, las chicharras aullaban enloquecidas, los pastos estaban fornicando a cuatro manos y los bichos, las lochas. las tortugas y los patos eran una gran bola de seres vivos dándose masa entre sí. Cruzamos el puente, el auto de la policía arrancó, temimos desaparecer en sus fauces porque escuchamos desde su auto que salía la marcha "la avenida de las Camelias" música apropiada para hacer desaparecer forzadamente a personas. Por suerte, la policía, como debía ser, se sumó a la orgía animal del lago y no nos siguió. Optamos por irnos porque el ambiente natural estaba sumamente alterado por tanta sensualidad manifiesta. A lo lejos la bola sexual crecía y creía. Era un ente húmedo y luminoso, un huevo de lujuria empollado por el calor tropical y cumbianchero que transpiraba la ciudad de lo último que se pierde. Zafamos por un pelito que nos viole un sorgo de alepo que, entre nosotros y le orgía a lo lejos optó por lo último y allí fue a plegarse disciplinadamente. Para ese entonces caminamos como en la maratón de los juegos olímpicos de Atlanta. No sentimos huyendo del Macondo de Cien Años de Soledad. Cuando llegamos a la casa de W. unas copas de aguardiente de caña "Velho Bermelho" nos hizo olvidar de esos momentos, rodeados de la seguridad del cemento urbano. A lo mejor quisimos olvidarnos de qué se estaría gestando en ese momento en aquel lugar.

Esto es todo lo que puedo recordar. Horacio Guarani ya dejo de cantar y es la medianoche. No temo por mi, temo por mi vida. Los quiero mucho. Si algo me llega a pasar ya saben qué hacer.

sábado, 2 de enero de 2010

CANTA

Canta
hasta que tu voz sea un mantra
una melodía como río de miel y luz

Sigue cantando,
déjate llevar al centro del espiral
allí estarás tu, oyéndote boquiabierta.

Baila,
hasta bañarte de pasión
dando vueltas como un trompo.

Sigue bailando,
el sol se apoya en el horizonte
y se hace ceniza en el mar espejado.

Respira,
hasta que el aire te posea
y torne de rubí tus mejillas.

Sigue respirando,
equilibra tus pensamientos
entre tantas opiniones sugeridas.

Mira
hasta poder ver lo imperceptible
con los ojos fijos en todas las nadas

Sigue mirando
cuando ya nadie te vea
sólo para saber que ya no importa.

Crea
hasta que logres modelar lo insólito
aquello que no se ate a una medida.

Sigue creando
hasta dar luz a tu esencia
para amarla sin fin, al fin.

01/10/2004



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