miércoles, 27 de enero de 2010

DICCIONARIO

TURRISTA

Etimología:

De la palabra lunfarda turro: Persona sucia, dejada en su higiene. Sujeto de mal proceder. Y de turista: Persona que practica el turismo

El término se aplica a la persona que, siendo turista, lo hace de modo tal que se comporta como un verdadero turro en el lugar donde practica el turismo. Ya sea ensuciando innecesariamente los ambientes, andando sin bañarse ni depilarse y reclamando que todo el mundo esté irremediablemente solícito y presto a satisfacer todos los caprichos que tenga mientras el turrista sea un turista porque, como puede veranear quince días en todo el año, se siente con todo el derecho del mundo de sentirse una deidad. Si alguna persona osase no satisfacerlo del modo mencionado, el turrista cree que por derecho divino tiene el derecho de insultar, vejar, escupir o mutilar a ese muñequito de moco que intentó recordarle que, salvo esos dias de veraneo, es uno del montón durante el resto del año.

Cuando el turrista regresa de practicar turismo vuelve a su condición de turro, la cual le es innata y perenne.

3 comentarios:

Dufre dijo...

Muy cierto es todo lo que dice.
Y cuando el turrista vuelve a ser turro, le comentará al turro que tiene por amigo o compañero de trabajo sobre su incuestionable acierto en veranear en x lugar a pesar de la imperdonable deficiencia de quienes debían servirlo.

salú

(ahora me va a tener que bancar, lord, je)

Claudio Eugenio Sassaroli dijo...

Concuerdo plenamente.
El turista es la realizazión del desaliño, no sólo cosmético. Sino obsceno, inadecuado; se divisa desde muy lejos su uniforme que eligió tirando abajo el pudor, del que se tomó también vacaciones. Me baso en un juicio estético porque estéticos debieran ser sus patrones de respeto, de permanecer en su lugar. Una vez cada tanto reivindico a los turistas japoneses, que para la ocasión tienen el buen tino de parecerse entre sí (uy... ya los cagué con el estereotipo) y no andar ostentando celulitis, barrigas cerveceras y vello pectoral canoso, sin distinción de clases ni sexo. El adinerado asquea como el burgúes, acaso el doble si lleva accesorios como relojes dorados con bermudas confundibles con calzoncillos y exhibiendo la "alcancía".
Tardaron en Egipto en tomar la medida de prohibir la escalada a las pirámides, pues desde donde Bonaparte decía a sus legiones que los siglos las estaban contemplando, las parejitas pintaban con aerosol en las piedras de dos toneladas sus corazoncitos.
Debo ser uno de los pocos que no piensa en la "grasitud" de Mar Del Plata, si es que la empapa, tiene remedio: empiecen con negar el acceso al casino a aquellos que visten de manera inidónea, y algo sin duda cambiará.

LORD MARIANVS dijo...

Dufre: El turro alimenta al turro y su turrez. Difícilmente un turrista volverá feliz de sus vacaciones. De hecho, un turro es siempre un verdadero infeliz.

Y siendo así, lo banco, qué quiere que le diga.... Ah, si...bienvenido. ¿Una cerveza?

Recluso: Gaia se está cobrando venganza lentamente. Mirá lo de Machu Pichu (referencia inevitable a tu post de los incas). En Mardel pienso que una gran ola se llevará al casino y a la Bristol (esa no-playa). Eso sí, que se salve la fábrica de alfajores Havanna.

Desconfía de los japoneses, con esas cámaras que tienen, en poco tiempo, no se llevarán fotos de los paisajes sino que también se llevarán los paisajes en un pendrive. No lo hicieron porque aún están peleando en qué formato se llevarán el Calafate.