jueves, 29 de octubre de 2009

EL GRAN PROBLEMA DE LA LIBERTAD

Si ¡Qué gran título me mandé! - me dije -. La libertad es un problema y un problema grande. Con ese título vendrán las hordas de garantistas y libertarios a condenarme por decir lo que dije en ese pomposo título: Que la libertad es un gran problema. Encima me doy el lujo de adjetivar. GRANDE. Dirán entonces que si para mi la libertad es un gran problema, la gran solución será para mí - seguirán diciendo - la no libertad, o sea, la represión, la cárcel, la privación y supresión de derechos, etc. Ergo y consecuentemente, me tildarán de fascista, genocida, nazi, represor, totalitario, etcétera.

Mas, si así pensaron, se equivocaron, porque en realidad lo que hice fue pensar el título como si acaso la libertad fuese una persona de carne y hueso, como esa libertad con gorro frigio que a veces vemos en una pintura alegórica de la Revolución Francesa, también está la otra Libertad, la nena chiquita que acompaña a Mafalda en sus tiras cómicas. En fin, la idea mía fue figurarme a la libertad como si fuera, repito, una persona de carne y hueso que convivo entre las personas de una comunidad, comunidad que tiene la suerte de que ella viva entre ellos, dignificándolos, queriendo darles un lugar en el cual puedan desarrollarse y realizarse como personas. Si. Me imagino a esa libertad, no siendo ella un problema grande, sino a ella con un problema grande: los que, teniéndola no la respetan, los que dicen quererla, pero la engañan violándola, los que dicen afirmarla, pero la niegan cuando preguntan por ella, los que dicen buscarla, pero la ocultan cuando alguien la busca, los que dicen querer darla, pero la deniegan cuando alguien la pide, los que la cantan tres veces al cantar el himno murmurándola bien bajito ocultándose entre la soprano de la grabación y el resto que también murmulla - el himno entero también es murmullado, claro -, los que se dicen libres pero son presos de sí mismos, los qaue la quieren para todos, pero "todos" son unos pocos que son mas de los mismos que piden todo para unos pocos. Los que piden de la libertad más de lo que la libertad les puede dar y si la libertad, pidiendo su propio respeto, les niega su pedido, no titubearán en corromperla, en violarla, en estafarla, en ignorarla y hasta osarían cambiarle su digno nombre por otro más bastardo, llamado "libertinaje". Ella, entonces, no entenderá esa psicopateada de ser tan aclamada, adulada, arengada, cantada, alabada, ensalzada, encomiada, pero en los hechos, ultrajada, estuprada, corrompida, sodomizada, ignorada, detestada.

Ese es, entonces, el gran problema de la libertad, sus beneficiarios, que no saben qué hacer con ella, que no saben cómo quererla y cómo respetarla. Algunos dicen que es mejor tenerla así que no tenerla. No se si a ella le gustaría que la tengamos así, salvo que sea masoquista. Si no la tenemos, la extrañamos, si la tenemos la prostituimos. Y ella siguen entre nosotros, aún, esperando que algún día la amemos, la respetemos y la entendamos. Y si así no es algún día, hará las maletas y se irá. Entonces, la extrañaremos.

miércoles, 28 de octubre de 2009

EN PRIMER LUGAR

Si la gente supiera cuánto se deschava al hacer enumeraciones en una charla cualquiera no andaria enumerando tanto. Una enumeración, necesariamente, hará lucir en todo su esplendor la escala de valores y la preferencias de las personas. Y ojo, hablo de una de esas charlas de café o cuando escriba sin demasiada elaboración. Es como cuando una persona dice por ejemplo "Yo, Juan y Pedro", eso revela un ego regado con energizante, que no sería lo mismo que deciar "Juan, Pedro y yo", colocarse en tercer lugar revela humildad". Si una dama se queja "Mi marido no me hace el amor y me golpea" no es lo mismo que diga "Mi marido me pega y no me hace el amor". Allí, querido lector, hay toda una escala de valores revelada a la cual conviene prestar atención.

martes, 27 de octubre de 2009

ONIRIGENESIS


A tu presencia imaginaria en mí
Diagramaré un efímero ingenio
Con retazos de trazos que no di
En la amplia canson de mi tedio.

Daré cuerda entre mis sábanas
Al autómata que dicta fantasías
Relatándome a sus reales ganas
Las cosas que supe y no sabía.

Y comienza la función en la arena
Te arrojo los leones de mi delirio
Gladiadora de luz arremetes fiera
Antes del estoque final, te suspiro.

Abro los ojos dando luz a un mirar
Piel mojada color rojo ojo de mosca
Los números vislumbrados, el final
Es el nuevo día, tu misericordia tosca…

…rasgando mis lagañas.

sábado, 24 de octubre de 2009

OCURRIO EN UNA BOCACALLE

Volvía de hacer una cosa y de darme un gusto que no viene al caso. Pleno mediodía. Al llegar a la intersección de las calles A y B - ponele - presencio un embotellamiento producido por una camioneta que estaba estacionada en cuarenta y cinco grados en la bajada de la calle A - ponele -. El salir de la mencionada camioneta originó el embotellamiento que estaba presenciando. Quisieron las furias y las erinias que justo en el centro justito de la bocacalle quedara varada otra camioneta, una Toyota Hilux gris, que obstaculizaba a los vehículos que estaban detrás de ella y a los vehículos que venían circulando por calle B. Obviamente la culpa de que la Toyota tuviera que estar ahí no era culpa del conductor de ella sino del papanatas que realizaba complejas maniobras más adelante. Por el lado de calle A uno de los vehículos era un taxi flete, una Ford 100. Cuando los bocinazos comenzaban a hacerse notar y la hilera de autos por calle B comenzaba a avanzar hacia adelante, el conductor de la Ford 100 comenzó a insultar vivamente al conductor de la Toyota a los gritos de "Dale boludo, dale, corré tu chatita de una buena vez". Dale, boludo, boludo, boludo". Finalmente la Toyota pudo avanzar hacia adelante. El de la Ford, no conforme con insultarlo, continuó haciéndolo con la cabeza afuera hasta que quedó fuera de alcance auditivo como para que su insultado los escuchase y aceleró a fondo. Cuando pasó a mi lado, noté la cara del conductor enojado, mezcla de cansansio y resentimiento y de tipo mal llevado.

Lo que me dejó pensando fue ¿Qué culpa tuvo el de la Toyota en quedar justo ahí si él no tenía la culpa de tener que estar ahí? ¿ El otro tipo no pudo pensar que la culpa era de otro al cual no podía ver que era realmente el que jorobaba la circulación? ¿O se habrá descargado con el de la Toyota por que el tipo tenía una Toyota y él tenía una Ford 100? Para mí que fue por esto último más que por el embotellamiento en sí. Se me ocurre eso de "Te puteo por que vos tenes una camioneta que yo no tengo aunque me muero de ganas y eso me da bronca, por esto te trato como te trato". ¿Se entiende? Lo relaciono también con esas minas que le desfiguran la cara a otra "por que era linda". Esa clase de envidia, resentimiento por lo que no se es o por lo que no se tiene.

En fin...hay sombras que no soportan ver brillar.

jueves, 22 de octubre de 2009

SIGAN CHUPANDO

En el fondo, los periodistas y medios de comunicación en general, en lugar de mostrarse ofendidas como maricas a las que les estupraron la honra deberían estar agradecidos por los epítetos rústicos del actual técnico de la selección. Efectivamente. Agradecidos. Porque gracias a esas palabras tienen con qué llenar sus titulares, sus primeras planas, tuvieron primicias, llenaron horas y horas de segmentos televisivos, proliferaron ríos de tinta, columnas de opinión, sesudos análisis, correos de lectores de patrioteros indignados. En fin, tuvieron, por un momento, algo más con qué darle sentido a sus existencias, tuvieron algo más que vomitar a la teleaudiencia. Tuvieron, sobre todo, mucha porquería para vender y seguir anestesiando con drogas burdas de discusiones bizantinas a una sociedad en un profundo estado de coma de pensamiento, abstracción e ideas.

Por eso, estén agradecidos, síganla chupando y ténganla adentro, por que guita, vaya que han ganado.

martes, 20 de octubre de 2009

DE NO SER POR



El lugar desde donde se divisa el espectáculo es un punto sumergido en oprimidas penumbras. De no ser por lo que se ve, no podría tenerse paradero alguno del cielo o del firmamento. Y es por eso que se puede saber que se está en lo alto de un acantilado. Desde allí se ven cientos y cientos de botecitos latentes y chisporroteantes de luces, duplicados en el agua que los sostiene y los mece como una nodriza a un niño. No hay viento alguno que indique que hay algo que se mueve. Está todo tan quieto y hay tanto silencio que nada, absolutamente nada, indicaría que hay tiempo o espacio para el solitario vigía de no ser por esos lejanos botecitos congregados en el manso lecho de agua y sal. De no ser por ellos, uno se olvidaría rápidamente de que tiene ojos que ven y se acostumbraría sumisamente a la noche encorsetada, tan igual y propagada en derredor. De no ser por esa lejana alegría que lo quema, la noche ganaría el corazón del vigía ensimismado.

viernes, 16 de octubre de 2009

TAXI

Llegar a la terminal la última noche de los fines de semana largo hace suponer hacer una larga cola en la entrada para conseguir un taxi. No obstante que esa cola se mueve de manera rápida, las ansias por llegar lo antes posible a casa alargan la sensación que se siente tanto como los bártulos y bagayos que cuelgan de nuestros hombros como si percheros de carne fuéramos. Cada metro de avance parecía un kilómetro, cada minuto detenido era una hora. Se espera y desespera el momento de UNO para subirse al taxi. Hasta llegar, varios desertores, cansados de esperar se van a buscar un taxi a otro lado para no perder el tiempo"...pero todo llega.

Al subir al taxi, luego de pagar la propina al maletero, el taxista dijo:

"Suerte que te demoraste. Recién cambió la tarifa de fin de semana a tarifa normal"

O sea...menos onerosa.

miércoles, 14 de octubre de 2009

UN CUARTO KILO Y DOS PANCITOS + YAPA

Ya empezaba uno demorado por querer saber el nombre de la rosa que, al final era Rosa nomás pero no pantera. Las cinco y un minuto de la tarde. Adso de Melk besa a la muchacha que en la película se salvó del fuego pero que en el libro será quemada.

Uno saca la bici y se percata - aparte de que está demorado - que hay que inflarle las cubiertas. Triste hombre uno, que se percata que los dos infladores están hechos pelota.

Uno termina demorándose un poco más inventando un frankestein de inflador con pedazos de otros dos que, como estaban, no servían ni moco. Y si el frankestein no andaba la bicicleta no caminaba pero el ciclista sí debería hacerlo, a menos que se ponga para el taxi o se demore más esperando el 133. El frankestein inventado saca del apuro y uno sale y va... va pensando que hoy era día de prometidas masas finas so pena de prometida maza en la cabeza.

No pensar....sin desviar, hay un lugar.

Laprida 2400 dijo uno y ahí tenía que ser y no otro. "Que sea de esa panadería". Laprida 2400. Afueras del microcentro. Allí todavía se respira a barrio y no a locura. Un lugar sin carteles, sin anuncios, un lugar más en el barrio. Desde afuera,apenas se divisan las vitrinas ni hay indicio alguno de que allí, efectivamente, allí, hay una panadería. Ningún riesgo de dejar la bicicleta sin candado. Uno entra, ve y suspira. Procesión de harinas y sabores esparcidos por vitrinas y exhibidores. Panes caseros, pancitos de salame, chicharrones, facturas y facturitas, madrileños, brazos de gitano, pastelitos, chipá, bizcochos hojaldrados, materos, dulces, azucarados, panes de miga, sanguchitos de miga sabor queso, mixto, triple y roquefort. Silencio y sabores destellaban en la poca luz de los tubos fluorescentes.

Detrás de la vitrina estaba Doña Colomba - supo uno al irse que así se llamaba - una venerable señora que chorreaba tanada en su acento simpático le dijo al uno:

- ¿Qué necesitas?

- Un cuarto de masas finas - dijo el uno

- ¿Surtidito no?

- Si, si ¿Estos pancitos son caseros? Dijo el uno señalando unos panes muy parecidos a los de hamburguesa pero con aspecto de pan casero.

- Si, son caseritos podés hacer hamburguesas. Son ricos, setenta centavos cada uno.

- Deme dos - dijo el uno y continuó - Siempre veía esta panadería y me decía "Algún día me paso"

- Pero si, vos vení cuando quieras. Tomá, probá que ricas que son, regalo de la casa - Ofreció Colomba acercando una masa de chocolate con un copete de dulce de leche.-

Lamentó el uno el resfrío que impedía saborear de manera acorde tal manjar, pero se relamió placenteramente.

- ¿Estos productos los elaboran ustedes no?

- Si, todo lo hacemos nosotros.

El uno pagó. Doña Colomba puso todo en una bolsita, el cuarto de masas, los dos pancitos y un bizcocho hojaldrado de yapa.-

- Para que pruebes también. Vení cuando quieras - Dijo sonriente doña Colomba.

El uno se iba rumbo al sur arriba de su bicicleta, comiendo el bizcocho mientras las miguitas se extraviaban en el aire, evitando que alguna filosofía envenene el disfrutar de las pequeñas cosas.

lunes, 12 de octubre de 2009

HOT

Es paradojal que, al hecho de que lo aguarden a uno con un lanzallamas no se lo pueda llamar una "cálida bienvenida"

viernes, 9 de octubre de 2009

MONEDITAS

Tengo una cierta y constante fortuna en encontrarme moneditas en la calle. Tal vez, debiera decir: "Tengo una cierta y constante habilidad para ver en cualquier lugar de la calle moneditas caídas". O a lo mejor decir esto: "Tengo el coraje suficiente para recoger de la calle las moneditas que andá a saber vos a quién se le cayeron". Como sea, las moneditas, con mucha frecuencia, se cruzan en mi camino y yo, por supuesto, las junto. Muy raras veces no son moneditas de cinco o diez centavos. ¿Será por que son tan ínfimas que se encuentran más que las de veinticinco, cincuenta o un peso porque nadie tiene ganas de jorobarse el nervio ciático por cinco o diez centavos?

Recuerdo que una vez, un amigo mío solía decir que tenía dos duendes tutelares: Ix y Ox y que éstos también solían ponerles moneditas en el camino y así fue que una vez se encontró en un trayecto de cien metros, unos treinta centavos en la época del uno a uno. Para aquel entonces, treinta centavos eran tres cigarrillos, hoy no son ni medio cigarrillo. Es más romántico atribuir el encuentro de ínfimos valores pecuniarios a un par de duendes que a un bolsillo roto. Por contrapartida Ix y Ox hubieran pedido como recompensa por regalar esos pequeños valores, tan sólo poder se creídos por mi amigo. Con eso les alcanzaba para ponerles moneditas en el camino.

De chiquito siempre ansié por meterme en las fuentes y llevarme las monedas que la gente tiraba pidiendo tres deseos, por supuesto, mis padres jamás me dejaron. Hoy ya no podría cumplir ese viejo anhelo, puesto en las fuentes ya no hay ni monedas ni gente que pida tres deseos.

Por contrapartida, hoy en día me sigo encontrando moneditas muy seguidamente. Debo de tener un duente tutelar, pero no se le dio de presentarse aún...

sábado, 3 de octubre de 2009

DE PASO....

Un hostel es una pensión con internet.