"Para mí el que mata tiene que morir, pero eso no es la pena de muerte. Yo soy católica"Susana Giménez, criminóloga y conductora de televisión contemporánea.
Más allá de este furcio - quizás más grande que aquel de los
famosos dinosaurios vivos -
Susana, innegablemente, está a favor de la pena de muerte. Lo que dijo no es otra cosa que lo que dice la GRAN mayoría de la sociedad civil argentina pero en boca de una ciudadana con indudable poder mediático y si no miren lo que sus declaraciones dichas en ocasión de la muerte de un colaborador cercano a ella puso en la mesa de discusión.
Se me vienen muchas cosas que pensar, muchas cosas de repente que no se por donde arrancar. Hasta donde pude ver, no fueron pocos los que se pusieron de lado de la diva, no son pocos los que, día a día escuchamos exigir con más fuerza que se instale la famosa pena de muerte.
Comenzaré diciendo, y a fin de dejar sentada mi posición diré:
1.- . Muchos piensan que modificando códigos y creando leyes que crean delitos que penan más gravemente ciertas conductas vamos a estar mucho pero mucho más seguros. Para muestra basta al viejo pelotudo de Blumberg tomando notitas muy serio en un estrado del Congreso Nacional. En aquel entonces se cambió una buena parte del Código penal. Sinceramente ¿alguien vió que los secuestros extorsivos disminuyan? No, muy por el contrario, siguieron y siguen existiendo, pese a que los medios de comunicación los hagan existir en mayor o menor medida. Si ustedes creen que implantando la pena de muerte - muy difícil por cierto con los pactos internacionales y la política de derechos humanos de la actualidad - van a solucionar la inseguridad. Es como querer apagar el fuego con querosene.
2.- Que un sistema penal nunca ha resuelto de manera fundamental un problema social como es el de la falta de valores, una brecha entre ricos y pobres cada vez más grande, una falta de educación y un sistema educativo solidamente fundado, una falta de vinculos afectivos solidos y duraderos, y todo esta falta en una falta de sentir que vale la pena tener proyectos y soñar un futuro.
3.- Y si de penas se trata, digo que no estoy a favor, para nada de la pena de muerte, por que la famosa pena de muerte no es una pena, sino que simplemente es la supresión de una vida. Un muerto no puede sentir pena. Si, por lo contrario, son partidario de las penas que se pueden sentir. En este sentido, por ejemplo, soy un pleno partidario de que se impongan reclusiones rigurosas y trabajos forzados. Pienso que si alguien hizo un mal, si, debe sufrir, pero no con la muerte sino vivo, en carne propia y con un rigor que lo marque a fuego. Pienso que una pena, debe tener un función de resarcir a la sociedad el mal ocasionado con el delito y tambien debe prevenir de un modo aleccionador para el futuro. Por cierto que si se ponen a hacer una estadística en los estados donde se aplica pena de muerte, verán que estos, anualmente no son tantas ni solucionan mucho.
4.- Que el Estado tiene la obligación de garantizar seguridad a los ciudadanos, pero que la sociedad - y me refiero a los que se rasgan vestiduras reclamando seguridad, protestando por que "pagan sus impuestos", en fin a todos esos pelotudos gataflóricos que viven criticando el culo sucio de los demás pero patalean cuando le crtitican o le tocan el culo a ellos - que también dejen de andar fomentando odios, violencias y discriminaciones, la discriminación, tanto como la represión, tanto como la pena de muerte generan odio. No pidan justicia si son injustos. Al menos piensen desde su lugar, qué hacen por hacer sentir a alguien un poco más insertado en la sociedad. A veces la culpa no es solamente de papá Estado, tambien los medios -y vuelvo sobre lo de antes - sobredimensionan la realidad.
5.- Ser católico no es sinónimo de ser justo, y menos, de ser piadoso.
6.- Me gustaria escucharlos.
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