miércoles, 17 de junio de 2009

COMENCEMOS...

Hola ¿cómo le va? ¿Bien? Me alegro… me alegro, si, vaya que me alegro. Bueno… aquí estamos, usted y yo, yo y usted. Venga, si, venga, tome asiento ¿Café? ¿Te? ¿Mate cocido? No tenga vergüenza en pedir, no tenemos todo, pero damos todo lo que tenemos, o sea, tipo, no tenemos caviar, pero si tene-mos una salchicha la compartimos, así seamos veinte. Bueno, cuando se decida me dice, meto el pocillo en el microondas y listo el pollo y pelada la gallina como decía mi fallecido abuelito, el Batunga, bah, se llamaba Redente, pero le decían el Batunga ¡Y a mi papá el batunguita! Jajajajajaajaj Perdón, perdón, me tenté. Bueno… hablemos ¿si? Creo conveniente comenzar a desenvolver este intrincado ovillo que nos compete de una buena vez. Doy por descontado que usted también estará de acuerdo con ello, de otro modo, seria al garete que nos reunamos, ¿no? ¿Se decidió qué le gustaría tomar? ¡Diga! ¡Diga que acá la vergüenza de deja colgada en el perchero de la antesala! ¿Todavía no sabe? Bueno, después me dice eh… Sigo, considero conveniente comenzar desde la punta, por que quién, dígame quién, se le ocurriría comenzar algo de la mitad de un ovillo ¿Eh? ¿Me puede contestar eso? ¡Perdón! No, no me refería a la infusión a la cual le invité, de eso piense tranquilo, después me dice, pero no tenga vergüenza, le repito, la vergüenza al percherito de la antesala. Yo me refería a comenzar de una buena vez. Si…yo se que cuesta, todo cuesta, el tomate sobre todo cuesta mucho, si…lo se, pero…hay que comenzar. ¿Mate cocido, te o café? ¡Todavía no se…! Piense...piense tranquilo. Comencemos, pero comencemos desde nuestro desacuerdo, los común a nosotros no debiera discutirse, sería como discutir el sexo de los ángeles diría mi otro abuelo…si, ese mismo, el que era talabartero en Grutly, si, ese. Pero claro...si era amigo de su tío abuelo en aquel tiempo, si...de cuando pasaba a buscar la leche ¿Café con leche? ¿Mate cocido con leche? Tengo leche, ahora recuerdo, pero me cachoendié ¡no me acordé que tenia leche! ¡Pero por favor no me diga que incurro en gastos! Pero… pero. ¡Piense y me dice! La vergüenza al percherito, al percherito…Ayyy Perdón, fui medio brusco, es que no tomé la pastilla hoy, me estoy volviendo viejo la put...ay, perdón otra vez. No me quiero ir por las ramas, pero mire, la cosa es así: usted y yo no estamos de acuerdo ¿no? bueno entonces, ¿Qué hacemos? ¡Hablamos como dos hombres civilizados que somos caramba! No vamos a andar peleando por nimiedades ¿no? Porque que yo sepa, y en esto tenía razón mi padre pelear por fruslerías no son sino actitudes propias de cavernícolas y retrógrados australopitecos. Y nosotros no somos nada de eso, somos gente de bien, decente, honrada, culta, instruidos, dignos, trabajadores y que tienen la humildad suficiente de ponerse a hablar para ponerse de acuerdo y solucionar diferencias como corresponde. ¡Todavía no me dijo que quiere! Usted disculpe, pero me cansé de decirle que deje su vergüenza en el percherito, pero…tan cagón es de no querer pedirme algo para tomar grandísimo gaznápiro, pero qué…¿caga en pelela de topacio usted?. ¿No quiere nada me dice? ¡Pero hubiera empezado por ahí mi viejo! Mire como me hacer poner…uf. Hagamos algo dejémoslo para otro día a lo de hoy ¿no e enoja? Discúlpeme, en serio, es que mi señora se le pasó la mano con la va-selina que le mandó ensalada de lechuga que comimos al mediodía, para ir de cuerpo mejor, ¿vio? y siento el calzoncillo mojado. Si, gracias, nos vemos... ¡Y la próxima deje la vergüenza en el percherito!

PD: Es grato escribir y olvidar lo escrito. Después me sorprendo de hallar en la cantera el escrito precedente.

1 comentarios:

Amperio dijo...

Eso le pasa por invitar pelotudos, compadre...

UAP, 720