martes, 26 de agosto de 2008

POR QUÉ CHARLY


—Yo pienso que si alguien toca el cielo y vos le exigís que lo haga mil veces, alguna vez cuando va a volar por ahí lo agarra un rayo. Entonces nosotros no podemos pretender que él sea toda la vida el mago de siempre. Ni yo ni nadie lo logra. ¿Por qué se lo exigimos a él? ¿Qué es lo que falta que nos dé? ¿Qué mierda queremos de él? (…) A Charly no se lo puede quitar lo genial, ni la peor hazaña que pueda realizar. Somos un poco buitres con respecto a eso, queremos que el tipo, aunque esté caído, nos siga dando algo que nosotros consideramos tal cosa y todo lo que no sea eso no lo queremos. La gente quiere que algunos artistas sean un Mc Donalds de crear arte. No existe eso. No nos engañemos. ¿Qué le pedimos? ¿Qué somos capaces de darle?

Luis Alberto Spinetta – En una entrevista de Crítica opinando sobre la situación actual de Charly García.


Cuando todavía vivía en Esperanza, en el año que fui a aprender guitarra, creo que el 95 si mal no recuerdo, recuerdo bien una de esas clases. El era profesor, mi bien recordado Sergio - profesor de música en el penal de Las Flores y amante del folclore como el que más -. Recuerdo, repito, una de esas clases, sobre todo por que más allá de la guitarra hablábamos de otras cosas de la música. Era pleno invierno, y nos teníamos que calentar las manos con una vieja y cúbica estufa a gas además de unos buenos amargos.


Aquel año había decidido tocar guitarra por que en un viaje a Córdoba vi a un chico tocar la guitarra y miraba embobado cómo "mágicamente" sacaba cualquier tema que escuchase, fue en ese viaje que me abrí a la música. Ese mismo verano descubrí la música descubriendo a Sui Géneris, una banda que yo sabía vieja, que no sabía que tocaba, de la cual sólo tenía referencia por que una vez, arriba de un ómnibus un muchacho que según mis parámetros de apertura mental de aquel entonces “vestía raro” me mostró que llevaba consigo todos esos. Menos que menos hubiera pedido intuir que en esa banda estaba Charly García, a quien sólo conocía como alguien que había hecho una aberración con el himno nacional y que alguna vez se había bajado los pantalones en un recital. Pero aquella vez había escuchado a Sui Generis y “escuché” a la música por primera vez. O sea, hasta ese entonces yo incursionaba entre los Guns n´Roses y Nirvana, buena música también. Pero ese verano fue distinto, me dejé introyectar verdaderamente por la belleza de la música. Y ahí fue que decidí aprender a tocar guitarra, quería poder hacer eso, que la música salga de mis manos tocando esa caja de madera tensada con cuerdas. Pero volvamos a con mi profesor.


Y en ese ir y venir de infusiones le comenté que a mí me gustaban canciones que digamos, no eran las "de moda" o por que eran viejas, o por que sonaban “a podrido” o por que simplemente, por más bellas que sean, se escuchaba otra cosa y punto. Y fue que le pregunté: ¿Para qué voy a tocar canciones que nadie va a escuchar? Hubo un breve silencio, me pasó un mate y me dijo: “Escuchaste ¿Para quién canto yo entonces? Escuchala bien, esa canción te dice para quien vas a poder tocar” Justo en ese momento terminó la clase, metí la guitarra en la funda, y me fui pedaleando rumbo a mi casa bajo el frío atardecer de fresnos desnudos. Fui a mi pieza de adolescente rebelde, busqué el tdk donde había grabado en copiado rápido “Pequeñas anécdotas sobre las Instituciones” de Sui Géneris rebobiné hasta donde estaba “Para quien canto yo entonces” y aprendí de esa canción, que por cierto, escribió Charly.


A la clase siguiente, le rogué encarecidamente a Sergio que me enseñe a tocar esa canción.




Para quién canto yo entonces



Para quien canto yo entonces
si los humildes nunca me entienden,
si los hermanos se cansan
de oír las palabras que oyeron siempre.
Si los que saben no necesitan que les enseñen
si el que yo quiero todavía está dentro de tu vientre.

Yo canto para la gente
porque también soy uno de ellos.
Ellos escriben las cosas
y yo les pongo melodía y verso.
Si cuando gritan vienen los otros
y entonces callan.
Si sólo puedo ser más honesto que mi guitarra.

Y yo canto para usted,
el que atrasa los relojes,
el que ya jamás podrá cambiar
y no se dio cuenta nunca
que su casa se derrumba.

3 comentarios:

GISOFANIA dijo...

¿Sabías que una parte de la letra original de este tema fue censurada?
La estrofa final era así:
"Y yo canto para usted / señor del reloj de oro / El que ya jamás podrá cambiar / pero quiero que se entere que su hijo no lo quiere"
La triada moral imperante de la época [dios-patria-familia] lo obligó a cambiarla. Sin embargo, genio al fin, se las ingenió para decir lo que quería decir.

Esta noche mágica me di cuenta de la genuina grandeza de Charly: su música (que como cualquier obra de arte oculta y muestra al mismo tiempo al artista) crea lazos entre los sensibles que vibran con ella, los acoge en un linaje eterno, los hace cómplices de la vida y sus misterios.
Me alegra y me emociona que vos, Walde y yo formemos parte de eso. Para mí es un tesoro, que agradezco e intento preservar de la mezquindad acechante.
Por todo eso, hoy más que nunca, te mando un gran abrazo (en la esperanza que la música nos vuelva a juntar en cuerpo y alma)

Cameron West dijo...

Por fin recuperaste la cordura.... se te extrañaba....

La vieja que no devuelve la pelota. dijo...

Muy buena anécdota. Se nota un post hecho desde el corazón. La prensa muestra siempre el costado que vende, es cruel y no le importa la humanidad. Pero es bueno recordar la esencia de Charly, su obra majestuosa.

Buen post, Mariano. Ahora, una pregunta:
¿Para quién canta Ustét, que nunca nos colgó un tema pa' nosotros en su blog?